domingo, 26 de octubre de 2008

Tu luna verde...

Los centímetros que separan el cuello de tu jersey de rayas con los lazos de mi coleta de rizos son inversamente proporcionales a los años que llevamos mirándonos lentamente a los ojos…

Quizás, el día que no nos separe más que el suspiro cálido de un ángel al oído, el cielo y el infierno se junten iluminando la conjunción perfecta de nuestras anatomías…
Y mientras tanto, el mundo sufrirá una seria de catástrofes mientras tú y yo nos reímos con los labios en zarcillos de plata…

Gaia despertará de su insaciable letargo y con un poco de suerte las nieves del Kilimanjaro se fundirán, inundando las calles empedradras que nunca pisamos de la mano…

Y todo el mundo flotará en su barca, esperando a Noé, y será él, y no otro, el que nos escoja a nosotros como perfecta unión de lo femenino y lo masculino, en representación a las pasiones fundadas en olas de hormonas que segregadas desde el principio de los tiempos…

Y quizás, en el estornudo de mis ojos, y en el respirar de tu boca, se forme el Tsunami que borre a golpe de agua las ojeras de una noche de vigilia esperando una sola llamada.

Y quizás sea esa, la conjunción perfecta de dos bocas a un mismo latido, las que suenen al unísono con el estallido del Apocalipsis de mi, o tu, corazón de piedra…

Y quizás por eso, los centímetros de tu jersey se acorten cada día, mientras que mis tacones crecen un centímetro por cada mes de julio que pasa…

Y quizás suene ahora el “chill out” de la armonía, porque no existe sincronía en dos almas dormidas…

Las leyes universales se rigen a nuestro paso, rezando de rodillas porque no intercambiemos esos 21 gramos, no sea que el Tiempo se pare eternamente haciéndonos creer que vivimos en el desfase horario del último fin de semana de Octubre…














El mundo inspiró tranquilo mientras veía que te alejabas,
Y yo expiré sin encontrarte de 2 a 3, o de 3 a 2…

Te esperé, como Vitrubio espera…
Y aullaré como los lobos encelados

A la espera de tu luna verde

lunes, 13 de octubre de 2008

Una de ángeles...



...desde pequeños nos hacen creer que los ángeles tienen alas... y que vuelan alto...

... su voz es melodiosa, celestial...

...de belleza incomparable...

...de mirada limpia... franca...

tiernos,

delicados...hechos de algodón

pero con la fuerza suficiente para cuidarnos

siempre...pues esa...es su misión...

Yo puedo ver a mis ángeles...

y a mi Ángel sólo le faltan las alas....

¿¿...su misión...??

...salvarme de la más fría Soledad...

Y a pesar de ello...sabes que siempre tuviste esas alitas

que tanto me gusta morder ^^

...siempre adoraré tus manos cálidas...debajo de la sábana...

sólo a ti...

domingo, 5 de octubre de 2008

Semana Santa en Octubre

Nunca me dijeron que la Semana Santa…llegaba a principios de octubre en casos extraordinarios…

El día uno se comió al dos inexplicablemente, dejando que llegara el Jueves de Pasión después de una semana inusualmente corta…

El ángel blanco paseó entre los codos y alas de los demonios forjados a base de cervezas y cubalibres, y con una nueva sonrisa, jamás descrita, encendió la llama de la vela que guardaría la vigilia el resto de la semana.

Mientras tanto, mi estómago hacía ayuno voluntario…porque alberga la paloma del Espíritu Santo…cada vez que el ángel aparece, es todo un milagro…

Tras no comer, viene el hambre…así el Viernes de Dolores se vaticinó desde la mañana algo molesto, incordioso y hasta agobiante…
Los dolores, calmados a base de cervezas doradas, siguieron a un reguero de lágrimas que bañaban el camino de la más fabulosa plaza de la ciudad acompañada del niño calvo que no soporta recordar…de ahí que le falten unos cuantos pelos de más…

Que mano inocente mas tierna…que tiernos abrazos del pasado





Con los dolores comienzan los arrepentimientos a causa de escapadas solitarias a bancos sin asiento, a mujeres sin cabeza, a pinchazos de amor apasionado…

Los dolores, una vez más, posaron al borreguito azul sobre mis hombros sin más calor en las manos que una solitaria taza de café roja…

Tras una tarde amordazada en Madrid, a mano de jueces y árbitros…llegué en un suspiro frío a Alcalá…dibujando una sonrisa, a medias, en mi cara…

Con una canción se me puso el mundo patas arriba…y con otra patas abajo…cambiando el diseño de mi armario y de mi cara de dos a tres veces por segundo…

Con ritmos marcados, y pausados…me acerqué a vivir la noche…con un botellín en medio de la Plaza de las monjas más tiernas de toda la ciudad…
Entre canciones y sonrisas…entre abrazos y “primas” había llegado el Sábado…

Sábado de Gloria…

Gloria con Cervantes a mi lado sentado
Gloria en la espera del pasado
Gloria a cuatro voces
Gloria entre vasos largos y tercios con limón
Gloria entre cánticos regionales y paseos por el reguero, ya seco, de las lágrimas de sangre que salían del corazón no hacían muchas horas…

Gloria en espaldas descubiertas que son tocadas por manos amigas
Gloria en fotos confundidas
Gloria en fotos suicidas
Gloria en bailarines a sueldo y con vergüenza
Gloria en besos requeridos
Gloria en besos dados
Gloria en besos lanzados





Y tras la Gloria…resurrección…




El domingo de Resurrección…sólo podía comenzar con la voz más tierna, la del más bello ángel…que tocó suavemente el oído de la Virgen susurrándole…
















¿María, aún andas dormida?