domingo, 23 de noviembre de 2008

De eso que dicen...

El sueño era horrible, y aún le esperaban cuatro horas de clase infumables, interminables, insaciables…de profesores incansables…
Cuatro horas eran las que había descansado su cerebro la noche anterior, se había comido su glándula pineal uno de esos peces salvajes con apnea del sueño…ya se sabe.

Y en el insaciable estómago de la suela de sus botas, un caprichoso jueves aburrido, que acabó siendo pisoteado por las mismas focas (hoy negras) que cubrían sus pies de pequeño Inuit.

En los últimos escalones del último piso, una decisión de última hora que acompañaba junto a la rubia-morena, una vía de escape ante los días de incasable letargo estudiantil.

Para los universitarios, en especial para los biolocos, los fines de semana empezaban los jueves y acababan los lunes. Era algo así como una prolongación más de su existencia casi humana.

Hasta apenas hacía unos meses, la niña del focus rojo no sabía lo que era aquello, no entendía de prolongaciones, y mucho menos, de conversaciones absurdas en medio de un círculo de tierra, y de la nada. No sabía lo que era beber sangría de los ojos verdes del chico gay, y mucho menos desearla de la del desaparecido.
Tampoco entendía, como algo procedente de la tierra, llamado “vino” podía pelearse tanto con los gastros del estómago…y lo que tampoco se le pasó nunca, es que los cerdos, lejos de volar, hablaran por la radio de la Universidad.

Aquel mundo, casi fantástico, ensimismó a la chica de la nariz roja y los pantalones caídos…
A lo lejos se seguía oyendo cantar al cerdo, y a lo lejos se veía también al chico roto en una burbuja de plástico.
Sonaban tambores de mil colores
Tambores de mil sabores
Paladares dormidos y tímpanos con mil sonidos.

De repente…un par de piropos por los que merecer ser seguida de espaldas, y de repente un lapsus de tiempo con aires de pies descalzos japoneses.

A la vuelta de la vuelta, un combinado de TGV con zumo de piña, un compañero de equipo fuerte (que no gordito) para batir al chulazo de la barra a golpe de muñeca en el futbolín. Y que pasen por debajo.

Mientras tanto, se quedaban en el recuerdo una Helena de Troya pelirroja, un rastas desaparecido y un guardaespaldas de un ángel caído.
La rubia-morena se perdió, volviendo con el tono rojizo en las mejillas y una niña guardada en el bolsillo que resulta que sabe jugar al billar.
En las bolas que rodaban por encima de la alfombra verde, mil secretos a voces en un antro de muerte.
Las luces de colores, no salían de la bola inexistente del antro universitario, salían a botes de leyes físicas sobre el tapete verde…a botes entre los dientes de la niña del focus que empezaba a volar en su ambiente…mágico.

Y todo por un patrón, por un patrón imberbe que no se llama, un señor de Ciencias que un día acomodó a la princesa de los zapatos rosas y a la niña del focus rojo bajo el mismo techo, bajo los mismos sentimientos, bajo las mismas almas…

Y un chico que se vuelve loco, borracho, perdido…enamorado de ella.
Otro que le toca una teta
Otro que le cuenta lo corta que puede llegar a ser una falda, de llamarse así
Otro que tiene antojos sin estar embarazado
Y otro que simplemente, faltaba…


Aun así, y pese a lo pronto que era, la niña de focus rojo llegó sonriente a casa, tras haberse dejado olvidados, en el círculo de arena, al muñeco de lego, al loco embobado, a un gay platónico y a un pez salvaje con la mirada borrada…y la boca perfecta.

Y se dejó las botas, y las uñas en un tabú osmótico, evolucionado y lleno de leucocitos…con un par de notas que fermentaban…

Y todo regado de vino…y un chico sin casa, y otro con sonrisa de loco…y todo cargado


De ese ambiente, dicen, universitario…















Al día siguiente había clase…
...pero ella sonrió mientras se peinaba el flequillo en el espejo…

Por fin, después de tanto…

…era Universitaria
A cada uno de los "biolocos" que me hicieron sonreír este jueves...
en especial a ti, Señorita ^^

lunes, 17 de noviembre de 2008

I can´t take my eyes off of you

Te miro a través del cristal de mi acuario y observo cada uno de los movimientos de tu boca, tan parecida a la de aquellos peces que se comían las palabras.

Te observo, y me pregunto qué quieres decirme con cada uno de tus silencios empapados.
Te observo, y me entran escalofríos que piden abrazos al ver el vidrio reflejado en tus ojos negros.

Apenas te oigo,
y sólo floto en el abismo de la soledad de mi acuario.

Floto, entre mis nubes…a veces verdes, a veces azules…a veces de los tonos que tornan los posos del café.
Floto, en las aguas que hacen mis mejores sueños.

Nado, sin saber si lo que te digo es mentira o lo que pienso sin querer no es verdad.
Nado, porque a veces, necesito no flotar.

Te miro, y no te oigo.
Apenas entiendo tus palabras entre las gotas de lluvia de tu pecera.

Te observo, intentando descifrar el juego ingenioso de tu tremenda mirada,
y no entiendo nada.

Apenas te oigo, y cuando lo consigo, es en ese idioma inconfundible y extraño que guarda el agua.
Y el agua es vida, o eso dicen.

Me pierdo, entre mis aguas dormidas, porque ya no sé si el reflejo son mis ojos o son mis ojos mi cara de pez.

Te observo, y no sé si es mentira, como tampoco sé si son mis ojos los que no pueden apartarse de ti, o los tuyos de los míos.

Lo sé, sé que me gusta bucear en tu mirada, a veces tan ausente e intentar encontrar los tesoros que un día perdiste…por bucanero.

Te busco, en el fondo de mis pensamientos y siempre te encuentro ahí, parado, con esa caracola tortuosa en la mano…que no sabe hacia donde gira su espiral.

Te escucho, intentando escucharme...


Te pido, tres segundos para retratarte.
Te pido, tres segundos para amarte.
Te pido, tres segundos para olvidarte.


Te miro a través del cristal de mi acuario y observo cada uno de los movimientos de tu boca, tan parecida a la de aquellos peces que se comían las palabras…y los besos




















Gracias



martes, 11 de noviembre de 2008


Y
otra vez pal pi tan do
sólo el corazón
solo en el colchón ...
A la sin hache...

domingo, 2 de noviembre de 2008

Sonreír contigo, es sonreír dos veces...


-Chst…María…¿qué significa, “How many years??”






Sonreír recordando contigo, es sonreír dos veces…



Por eso, el tiempo parece que se abre paso entre huecos de dientes que se caen, barbas que empiezan a salir, gafas que empiezan a surcar los ojos, y pantalones que nos dejan de valer…

El tiempo pasa, y tú sigues ahí…férreo…como los hierros de los bancos que han escuchado todos nuestros secretos.
Sigues de pie, como de pie nos hemos pasado las horas de música en los pasillos…

Sigues, con tu vara de siempre…acomodando mis mejillas a golpe de porrazo…y leyendo en mis pupilas lo que mi corazón siente…siempre…

Siempre sabes lo que pienso…y no sabes hasta que punto puede llegar a enojarme eso, porque mentirte…aún en la mínima dosis que hace la vida más fácil, es imposible…

Conoces mis errores antes de que los cometa y ríes cuando te lloro por lo que he hecho…

Adelantarte las respuestas en el examen es poco, comparado con la de veces que te has adelantado tú a mis actos…

Los domingos, siempre huelen a ti…a la llamada en espera que siempre llega…con el tono sarcástico que me crispa los nervios…

Y sin embargo, te adoro.

Supongo que compartir contigo los tres tercios más intensos de mi vida, es lo que hace distinguir las buenas de las malas compañías…y aún así, todavía no sé cual es tu categoría…pero lo cierto es que siempre me ha gustado pecar contigo…

Nadie sabe lo que tú y yo sabemos, y sobre todo…más les cuesta creer que entre nosotros no haya habido “ese intercambio”…

Intercambio, que no cambiaría por cada uno de tus codazos, de tus patadas o tus tirones de pelo…
Intercambio que no cambiaría por ningún hielo, ni cubata verde y mucho menos por ningún marinero…

A veces me pasa, que las fotos de las paredes de mi habitación me pesan…y me gustaría poder quitarlas…pero si tengo que quitar la tuya…mejor que se quede pesando…que con un par de gomitas, y un par de tornillos de esos que un día perdiste (o robaste de la mesa del colegio) ya me arreglas tú la pared…y la cara si hace falta…

A veces, pienso en aquellas tardes de verano en las que tu bici no tenía frenos, y pienso en lo felices que éramos los dos con una bolsa de pipas…

A veces pienso en lo poco que me enseñaron los profesores, y lo mucho que aprendí de ti…
A veces, me acuerdo, de cuando cantábamos canciones para aprender a multiplicar…y en lo que cantábamos nosotros en los exámenes de francés…

Y a veces, se me hace corto el Amazonas para sacar todo el papel que guardaría nuestros secretos…

Y a veces me dibujo a trazos gordos, y no me gusta ser yo la que lee en tus ojos…


Me gusta cuando te veo cometa
Cuando te veo como el chicle de las 3
Cuando te veo reír como cuando lo hacíamos entre tizas
Cuando te veo llorar…como cuando lo hacíamos de risa

A veces un poco tú
A veces un poco yo

Pero siempre nosotros,
Para tomar café yo,
Y un trina tú
En las calles que van perdiendo la esencia
Pero ganando el perfume del recuerdo…


A veces se me olvida el sacacorchos en casa,
Y no hay quien te saque una palabra…

Hoy es uno de esos días,
Pero es que no me apetece que se quede el corcho dentro…

Así que vete rompiendo la botella
Que nos vamos a beber…lo malo, y lo bueno.



Sonríe de verdad, Barrio, que sonreír contigo…es sonreír dos veces



Contigo sí, bicho

y que se muera el mundo de envidia...por poder decir que

tú y yo

somos AMIGOS

Te adoro... y lo peor es que ...lo sabes